La historia del desayuno

mayo 1, 2021

El desayuno se trata de un invento relativamente reciente. Así, la tradición del desayuno, tal y como la conocemos hoy, surge en el siglo XIX, al calor de la Revolución Industrial. Te proponemos un recorrido por la evolución del desayuno y te damos algunas ideas para empezar bien con nosotros.

El desayuno no existió durante grandes etapas de la Historia. Los romanos no lo tomaban, puesto que creían que era más sano hacer sólo una comida al día. En la Edad Media, no se podía comer nada antes de la misa de la mañana. Se cree que la palabra desayuno se introdujo en esta época, puesto que literalmente significa “romper el ayuno” de la noche. Antiguamente, la gente no tenía tiempo para desayunar. Se levantaban temprano y se ponían a trabajar al amanecer, a menudo sin haber tomado siquiera una taza de café. Por ello, pasaban hambre durante todo el día y comían a lo grande por la noche.

En el último siglo, más o menos, el desayuno se convirtió en un acontecimiento social. La gente se reunía en cafés y restaurantes para desayunar juntos y ponerse al día de las noticias y los cotilleos. Esto cambió a principios del siglo XX, cuando la revolución industrial trajo consigo la jornada laboral de ocho horas. Los agricultores empezaron a tener más tiempo libre, así que empezaron a desayunar en casa antes de ir a trabajar. También disponían de más dinero gracias a los salarios más altos y a las mejores condiciones de trabajo.

El desayuno es una comida importante porque ayuda al cuerpo a recuperarse tras el descanso nocturno. Estimula el cerebro, dándonos más energía y permitiéndonos rendir mejor durante el día. Desayunar también reduce el riesgo de obesidad y diabetes.

Tomar un desayuno saludable marca la pauta para un día lleno de energía. El desayuno se digiere más rápidamente que otras comidas y proporciona energía inmediata para ayudarnos a rendir al máximo durante las horas de la mañana. Los desayunos llenos de proteínas también hacen que nos sintamos llenos durante más tiempo, ¡por eso los huevos (o las alternativas a los huevos) son desayunos tan buenos!

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